domingo, 1 de marzo de 2015

¿CÓMO COMES?

En todos los "posts" anteriores, hemos puesto la atención en el "QUÈ" comes. Tan importante esto como el "CÓMO" comes.

Seguro que ya sabes que si comes rápido y masticando poco no facilitas la digestión. Pero, ¿por qué? ¿qué significa esto exactament?
Primero, piensa que cada alimento que ingieres está formado por hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas, minerales, agua, fibra... en más o menos proporción; estos son los nutrientes que necesitas para funcionar, para poder vivir. El proceso de digestión es el encargado de qué, en última instancia, absorbas = asimiles estos nutrientes y elimines lo que tu cuerpo no necesita o no puede asimilar.
Piensa, también, que la digestión se inicia en la boca... bueno, en realidad se inicia antes. Cuando hueles, ves algún alimento o bien piensas en él, tu organismo empieza a prepararse para una posible ingesta (secreta saliva, jugos gástricos). Y esto lo conoces, seguro lo has experimentado. ¿Cuántas veces has utilizado la frase "se me hace la boca agua" y en qué contexto?

Pues bien, una vez tu organismo se prepara y te avisa de que tienes hambre, buscas alimentarte. Cuando pones la comida en la boca, los dientes la trituran para hacerla más digerible; igualmente la saliva, ésta contiene una serie de enzimas que empiezan a actuar con el mismo objetivo: hacer más asimilable el alimento. Asimilar significa, en este contexto, absorber, permitir el paso de los nutrientes des del tubo digestivo hacia el interior del cuerpo, hacia nuestra sangre (dónde irán a distintas partes del cuerpo para cometer distintas funciones).

Ahora piensa: si mastico poco no trituro la comida, cierto? Y si lo hago rápido, no dejo suficiente tiempo el alimento en la boca para que se mezcle con la saliva y ésta pueda actuar. Y esta comida irá al estómago después, el cual secreta los jugos gástricos con el mismo fin de poder asimilar los nutrientes. Si la digestión en la boca se hace a medias, la del estómago va a ser más pesada, tendrá "más trabajo". Esto puede dar lugar a malestar, digestiones difíciles, gases...

Es importante tomarte tu tiempo para alimentarte. Y la calidad de este tiempo también lo es!
Si estás pensando en que "debo hacer no sé qué", "debo ir no sé donde", "en el trabajo tal"... vas a activar tu sistema nervioso simpático. ¿Te suena? Él es el que nos pone en alerta, nos activa. Y para hacerlo provoca una reducción de la actividad digestiva (menos jugos gástricos y salivales = peor digestión). Me explico, verdad?

Resumiendo: comer tranquilo, desconectando de otros pensamientos, notando qué estás comiendo, las senaciones que te provoca esto (olores, texturas, sabor, saliva...). Esto ya comportará que mastiques más y más lentamente.

Me gusta mucho pensar en cómo me alimento a nivel físico (qué como y cómo) y relacionarlo con mi manera de vivir, de asimilar la vida, de digerirla, de entenderla... Fíjate en la definición de "digerir" del RAE, también lo define a nivel psíquico:

Una persona que come muy lentamente, será que también asimila las vivencias lentamente y necesita más tiempo que otra para digerirlas??

¿Cómo comes tu? y ¿a nivel psíquico? ¿encuentras alguna relación?

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